La situación global emergente luego de la incertidumbre planetaria provocada por el coronavirus, conocida como el gran reinicio, puso en relieve la frágil condición de ciertas convicciones previas a la crisis, al tiempo que desobturó los vectores de aceleración hacia la construcción de nuevos futuros posibles. Estos, no se interpretan ya como una unidad ineludible y singular, sino como espacios de pluralidad, donde coexisten lo probable, lo deseable y lo plausible. Los paisajes emergentes del gran reinicio se presentan en clave de ficción especulativa.
Son paisajes de convergencia entre lo físico y lo digital; entre lo biológico y lo maquínico; entre las futurizaciones, las futurabilidades y las virtualidades.