Noche Iberoamericana de los investigadores y las investigadoras

Bajo el marco de la Noche Iberoamericana de los investigadores y las investigadoras, promovida por la Organización de Estados Iberoamericanos se generaron diferentes actividades a nivel departamental por parte de docentes y alumnos del Centro Universitario Regional Este (CURE) de la Universidad de la República (Udelar).

Gabriela Vélez, bióloga y doctora en biodiversidad, docente del CURE, explicó de qué trataron las actividades llevadas a cabo el pasado viernes en la sede del CURE, Rocha.

La primera actividad fue “una charla abierta al público sobre “Holobionte macroalga: descripción y potenciales efectos en la invisibilidad de macroalgas”. La investigación, “fue financiada por el programa del despegue científico de PEDECIBA (Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas) que venimos desarrollando con otros investigadores e investigadoras”, especificó Vélez.

La segunda propuesta: “Ven a conocer los arrecifes rocosos de Rocha”, también abierta al público en general, donde se presentó “diferentes organismos, asociados a los ambientes rocosos, algas, invertebrados, algunos peces y también cómo accedemos a estudiar esa biodiversidad”, señaló.

Puesta en valor de la obra de Alfredo “Lucho” Maurente

El pasado viernes en la Plaza de Lucho, La Paloma, se llevó a cabo una intervención abierta a la comunidad y público general sobre “el proyecto de conservación y puesta en valor de la obra del escultor y pintor naif, Alfredo “Lucho” Maurente”.

“La actividad tiene que ver con el proyecto de conservación y puesta en valor de la obra del escultor y pintor naif, Alfredo Lucho Maurente en la que venimos trabajando desde 2021”, contó Magalí Pezzolano, docente de la trayectoria de Artes, Artes Plásticas y Visuales del CURE.

“En este momento estamos trabajando en la restauración de dos sirenas, una (se encuentra) en el museo de La Paloma y otra en la Facultad de Artes en Montevideo. Están siendo trabajadas por docentes y estudiantes de la tecnicatura del CURE, y estudiantes y docentes de Facultad de Artes”, destacó Pezzolano. Además, participó el grupo de bachillerato artístico del Liceo N°1 de La Paloma.

Este proyecto, surgió “a partir de la inquietud planteada por un grupo de vecinos y vecinas y veraneantes de La Paloma por el estado y futuro de las obras de Lucho que estaban a cielo abierto”, detalló Magalí, por lo que “buscamos recuperar la trayectoria y la obra este escultor y pintor, quien con su obra ha establecido puentes con el sentir popular del balneario. Los objetivos son la restauración, pero también el rescate de la memoria oral y fotográfica que creemos valiosa para la historia de la localidad”.

Ecología Molecular en el Liceo N°1 de La Paloma 

El pasado martes, en el Liceo N°1 de La Paloma un grupo de docentes del Laboratorio de Ecología Molecular del CURE, realizó una actividad con estudiantes de 4to° año.

La instancia se dió “como parte de un programa que venimos desarrollando de extensión que es de promoción de la cultura científica a nivel de primaria y secundaria”, aclaró Cecilia Alonso,  docente del CURE y responsable del Laboratorio de Ecología Molecular.

“Nosotros trabajamos en ecología microbiana de sistemas acuáticos y para trabajar con los microorganismos necesitamos aplicar técnicas moleculares para identificarlos, saber qué son, quiénes son, qué están haciendo y nuestro objetivo es acercar esas herramientas que utilizamos para nuestro trabajo cotidiano. Tienen un montón de aplicaciones, desde lo que fue más conocido en la época de la pandemia, fue el poder detectar el virus causante de COVID-19”, ejemplificó la docente. 

En el aula de biología, del liceo de La Paloma “armamos un laboratorio de biología molecular”. “Les propusimos hacer una autoevaluación, tomarse muestras de la mucosa oral y a partir de ahí hacer una extracción de ADN de sus propias células”. Luego “amplificar un gen en particular que codifica para una proteína que se encuentran los receptores del sabor que tenemos en la lengua, entonces según qué variante de gen tenemos hace que esa proteína esté funcional o no, y eso determina si podemos sentir un sabor súper amargo o no sentir absolutamente nada”, resumió Alonso. 

Cecilia destacó este tipo de instancias, precisamente “en el momento de definir qué perfiles van a seguir más adelante” las y los estudiantes. “Se nota cómo puede llegar a potenciar vocaciones, había chiquilines ahí que claramente tenían una inclinación científica y el poder verlo en tu liceo con gente de acá, porque vivimos acá la mayoría de los que estábamos ahí”, permite llegarles a los alumnos “de una forma mucho más cercana y más posible para ellos”. “Una de las chicas me preguntaba si una mujer se puede dedicar a la ciencia en Uruguay y vivir de eso, se generan muchas cosas más allá del conocimiento, sería genial si pudiéramos llevarlo a muchos más liceos”, añadió Alonso.